jueves, 25 de mayo de 2017

La importancia de los buenos modales

Los buenos modales se aprenden y, ya sea en el hogar como en la escuela, se deben inculcar a los niños desde pequeños.
Enseñar  estas conductas  requiere de un fuerte compromiso de padres y maestros, quienes deberán en todo momento, ser un ejemplo de aquello que se quiere transmitir a los niños.

Los niños deben tener una idea muy clara de la relación que existe entre sus actos y sus consecuencias. Por eso es muy importante hacerles ver los efectos positivos que sus conductas amables producen en los demás.
Los buenos modales se aprenden practicándolos en el día a día, por lo tanto, la clave es insistir, repetir y modelar.
Para inculcarles esos buenos modales al alumnado podemos mostrarle la siguiente canción para que los interioricen, aprendiendo así las palabras mágicas que todos deben aprender:


Después de enseñarles la canción se les contará un cuento con el que descubrirán la importancia de tener buenos modales y de respetar a los demás para vivir en armonía.

CUENTO: EL MAGO CASCARRABIAS
Había una vez, en un lejano país un mago malvado llamado Cascarrabias. EL mago Cascarrabias siempre estaba enfadado y nunca saludaba a nadie ni pedía nada por favor, ni nunca, nunca, nunca daba las gracias. 
Todos los días paseaba por la ciudad y la  gente le saludaba amablemente, pero sin conseguir que él, les contestara, y eso le enfadaba más y más cada vez.
Un día, ya cansado de los saludos y de la amabilidad de la gente, el mago Cascarrabias decidió hacer un conjuro. Se puso en el medio de la Plaza Mayor y empezó a decir:          "Rayos y truenos, que vengan a mí, que la amabilidad de la gente se esconda aquí”.
 Y entonces todo empezó a oscurecerse, y empezó a llover y a llover durante un buen rato. Nadie sabía porque había pasado eso, estaba tan buen día y de repente se nubló todo. Era raro pero nadie le dio importancia y siguieron con sus vidas, sus juegos, sus trabajos. 
Pero algo había cambiado, a partir de ese momento la gente dejó de saludarse y de pedir por favor las cosas y de dar las gracias. Cada vez todos estaban más tristes y más serios. ¿TODOS? Todos no. Un niño no muy mayor, de unos 4 o 5 años, sí que se dio cuenta y viendo la tristeza en la que vivían todos fue a pedirle ayuda al  hada  Iris  que siempre estaba jugando cerca del río.
              Allí, después de contarle todo lo sucedido al hada , Iris le dijo que sólo el Mago Cortés podía ayudarlo. Y el pequeño se fue en su busca y lo encontró leyendo a la sombra de un enorme árbol como Iris le había dicho. Le contó lo sucedido y los dos volvieron hacia la ciudad, allí todo seguía igual, serios, tristes y sin saludarse.
El Mago Cortés tomó su preciosa varita mágica y dijo un nuevo conjuro. Cuando el mago Cascarrabias se dio cuenta hasta él mismo saludaba  a los demás, pedía las cosas por favor y siempre, siempre daba las gracias. Todos volvieron a ser muy amables y corteses y se sintieron mejor.
 Y así fue como el Mago Cascarrabias descubrió lo importante que es ser amable, saludar todos los días, pedir por favor las cosas y dar las gracias. Además pronto tuvo muchos amigos con los que jugar y dejó de ser tan Cascarrabias.
Tras contarles este cuento, en la asamblea, se les replanteará una serie de preguntas para ver lo que han aprendido con el cuento:
- ¿Qué le pasaba al Mago Cascarrabias?
- ¿Está bien eso de no saludar?
- ¿A quien le pidió ayuda el niño?
- ¿Ustedes siempre saludan?

Para reforzar el aprendizaje de los buenos modales se llevarán a cabo dos actividades finales.


LAS PALABRAS MÁGICAS
Un niño hace de mago y el resto de los niños deben cumplir los deseos del mago, siempre que diga las palabras mágicas que son "por favor" y "gracias".
Los niños se mueven libremente por el espacio de la clase al ritmo de la música o el que marque el profesor con palmadas o algún instrumento.
Cuando cesa la música todos se convierten en estatuas.
El mago, con una varita, va tocando a las estatuas y les pide "por favor" que se conviertan en el animal o el objeto que él desee. Para ello es necesario que no se le olvide decir las palabras mágicas.
Una vez que las estatuas han realizado correctamente el deseo del mago, éste les da las gracias y los niños vuelven a moverse libremente por la clase al ritmo marcado. Entonces el mago entrega la varita al niño que de forma más correcta cumplió su deseo y comienza de nuevo el juego.
Si el mago no dice las palabras mágicas correctamente, debe dejar el juego.
Con esta actividad se ejercita el uso de los buenos modales en los niños.

LA PELOTA PREGUNTONA
 
El maestro/a  entrega una pelota a cada equipo, invita a los presentes a sentarse en círculo y explica la forma de realizar el ejercicio.
Mientras se entona una canción la pelota se hace correr de mano en mano; a una señal del maestro/a, se detiene el ejercicio.
El niño/a  que ha quedado con la pelota en la mano se presenta para el grupo: dice su nombre y  saluda correctamente y dice algo que le gusta. Se despide con un gracias por escucharme.
El ejercicio continúa de la misma manera hasta que se presenta la mayoría. En caso de que una misma persona quede más de una vez con la pelota, el grupo tiene derecho a hacerle una pregunta.
Con esta actividad se aprenden los buenos modelos y a hablar para los demás. 

Esperamos que os haya gustado esta entrada y, ya sabéis, ¡aprended buenos modales!

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